Ráfagas de agua corriendo por los riscos y praderas de tus pensamientos.
Alimentados generosamente cuando desaparecen las dudas y das un paso al frente.
Allí tus sueños crecen, hilados por tus batallas y haberes.
Conforman una amalgama que hace latir a tu corazón fuerte.
Sabiendo que llegas y los amarillos prados, ahora son verdes.
Como la esperanza que mana tan gigante y ardiente que te eleva a las nubes y allí vences.