En este instante donde surge el cielo de mi universo, pinto los bocetos de mis sueños.
Fugaces, eternos, tan grandes como épicos, cruzando mi vida.
Revolotean, para que no se me olvide, jugar con ellos.
De la palma de mi mano nacieron y quieren volar hasta mi azotea, allí picoteando se cumplen.
Sí, soy la libélula bebiendo agua del río, jactándose, de tantos prodigios.