En la orilla de mis sueños, siempre estás tú haciendo caramelos, cortando madera para hacer fuego.
Me lo cuentan las caracolas y los cangrejos, susurrando unas como halo pegado al viento y los otros pinzándome para ver si despierto, muertos de celos.
La arena de la playa, hace dunas con mis pensamientos, enterrando lo que resuena tan claro en el firmamento.
Soy tu cometa, te doy mi cordel y voy volando por el cielo, aunque a veces se cambian los papeles para no aburrir al universo.
La playa ve dos niños que juegan con el viento.