Impertérritos tus ojos buscan la luz, que bien se deja ver en las estrellas. Un cielo punteado con millones de estrellas mirándote, que pequeño les pareces, por eso su ternura mirándote a ti, solo por haber sido capaz de encontrarlas. Algo se te enciende, en el corazón una estrella se te ha acomodado y silbando llama al resto que van rellenando tu cuerpo y el día que había sido tonto, tonto, se acaba para dejar pasar a la noche estrellada que te abraza y se da cuenta de que tu atención en algo bello te ha elevado a estrella.
¡Súper “star” !descansa y pide tu intención que como ya eres una de ellas, puedes hacerlo. Y el que no puede es el caracol, que vuelve a su casa por la noche que no sabe que lleva encima, tras un día tonto, tonto. De caracol a estrella, habrá que estar atento al cielo para llegar.
