La inmensa luz, colándose por los retazos del bosque mostrando senderos escondidos entre las intrínsecas ramas de los árboles.
El viento susurra un silencio novedoso acolchado en las pisadas de tus pies, que te llevan ligeros a mostrarte el sueño de la naturaleza.
Interpelándote, sin juzgarte, desplegando su majestuosa verdad, eres el divino cisne que sientes en tu interior, te acercas poco a poco y en el lago del bosque, atónito te descubres.
Desplegas tus alas, revoloteas y despegas haciendo piruetas que no hubieras imaginado.
Al verte otros se unen a ti, disfrutando, aleteando, vislumbrando juntos, un bello atardecer entre los huecos de la luz del bosque.
