Signos escondidos en las olas, con múltiples formas, con dibujos sesgados, otros unidos sin aparente razón pero vislumbrando entre todos ellos al fondo un horizonte de luces, con brillos de colores esmeralda.
Ondas profundas de tu pelo y de tu corazón subiendo y bajando por esas mareas que te llevan a la orilla para después volver al profundo mar, donde un silencio infinito te invade, hablando más que las palabras.
