Tiemblas de amor pero no quieres despertar y amar.
Finges indiferencia, resolución, compostura, mientras tiemblas de amor.
Juegas a tu juego con las cartas marcadas y gastadas por el paso del tiempo.
Insensatez por no implicarte, por no ser el héroe que realmente sientes.
Hay pistas por doquier que desvelan las incoherentes acciones que te paralizan.
Si abres los ojos y miras con pasión, el miedo se anula.
Ahora otro tiembla por ti y espera a ser descubierto.