Forjas tú destino, amasando tu corazón, dejando salir la luz.
Ves las olas subir y bajar en continuo ciclo y te dejas llevar.
Guardas la sabiduría de cada día en el recibidor.
Chasqueas tus dedos, para pedir la vez, para llamar la atención al cielo y al sol.
Tienes la oportunidad cosida a tu armazón, que de algunas escaramuzas te libra.
¿Como puede ser, que vuelas sin alas?