Si vuelo en el intento de abrazarte y en ese momento tu eres nieve y yo fuego, el tablero de ajedrez lo ganan las blancas con sus copos de nieve cayendo.
Gimen tantas verdades, que si algo tiene que pasar, pasa.
No hay mas que un hilo que da punzadas a este corazón, que está en lo cierto.
Es saber que si uno vuela, desde el cielo, se ve grande, no hay más, no hay menos.
No hay banalidad, no hay atrezzo, solo verdad en lo que resucita este momento.