Compartiendo, se eleva el momento hasta el espacio infinito, cargado de risas y juegos.
La realidad a veces duda, a veces revuelve tus instintos, que te queman, hasta que en pequeños detalles descubres el cuento.
Observas el cielo tan azul, tan grande y bello, que tus alas crecen y puedes con el universo.
Una estructura que te recorría por dentro y no encontraba su espacio, hasta hoy que los ladrillos se recolocan, por mirar al sol y no al suelo.
Este inefable sentimiento, lleno de colores que te desgrana adentro, que estalla en tus ineludibles formas, que bailan, para encontrarte y salvarte en este momento.
Todo está resuelto, déjate llevar por este fraguado de milenios.