Pasa el río delante de ti, no duda, por eso mete tus pies y zambúllete en el.
Refréscate en sus aguas que conducen tantos vestigios de ti.
No lo dejes pasar que su corriente te lleva hasta tu profundo mar.
Tírate ya!!
Verle pasar ya es un prodigio, a veces tan ensimismado estás que solo ves a los alacranes en el desierto andar.
De pronto un espejismo de agua te rodea, pero es tan real, que si te tiras y no está, habrá que esperar a que la corriente te vuelva a salpicar.
Con los años ves siempre agua, por cualquier lugar, sólo queda sumergirte de los pies hasta tu frente, con tu pelo chorreando, para llegar respirando y soñando a tu profundo mar.