Jugando con los remolinos del viento, levantan las avestruces su cabeza, buscando cometas enredadas, en los arboles del sueño.
Son de telas de colores fuertes, con cuerdas que nacen de las manos de los niños que juegan en tu cuento.
Tan naturales, tan inocentes y buenos, que el viento les susurra canciones que te cantan a ti en un “País de Jauja” donde todo es bello.
Dulces sueños en tu cabeza pululando por el universo.
Eres un ave que animada por la música, desenredas las cometas, que describen los secretos de todos los niños que eras tú en otro tiempo, si sabes el idioma del trueno.
Tesoros de telas zigzagueando por tu cabeza, fugaces, que debes dejar volar libres y seguir para ver donde te llevan.