Animales encerrados en jaulas son tus pensamientos, que quieren salir a descubrir el mundo entero.
Vuelan como halcones hacía el firmamento, flechados, como cuando te enamoras y no ves más que nubes colgando del cielo.
Los menos firmes se desvanecen, etéreos como un gas fueron y ya no están, desaparecieron.
El resto vuela alto, haciendo filigranas, para llamar la atención de tu corazón, para sintonizar con él, para adecuarse a lo más grande de tu ser.
Labrando surcos, plantando semillas en él, que es tan grande que crece inmenso, sereno y cierto.
Un pensamiento de oruga, regala una mariposa que vuela al risco más alto, aunque sea frágil derrumba gigantes, con su elegante aleteo.
Ese es tu corazón latiendo, no necesita más el universo.