Allí donde juegan los duendes mientras duermes se te desvelan ciertas formas, itinerarios y atisbos que conectan corrientes perdidas.
Entonces te desenvuelves en diferentes escenarios, tan inevitables,al jugar Morfeo contigo, que puedes ser una hormiga perdida entre los juncos y a los dos pasos el gigante de Gulliver.
Respiras cerca de piedras preciosas que quisieras coger y levantar y de pronto la lluvia te cala la ropa y caes a un río que te lleva por diferentes parajes.
Sientes un pálpito, como cuando ves y no ves pero algo hay que vas a descubrir.
Un paso y otro paso, una azada, la tierra escupiendo y el palpitar del corazón, con su propósito adelante.
