Abismo, montañas, vida.

Entre dos montañas un abismo y en sus cumbres un árbol de magníficas ramas de las que cuelgan frutos que no conoces.

En el fondo del abismo parece que algo brilla, entre la enorme oscuridad, bajas unos pasos y tus pies se hunden en una tierra orgánica que parece ser es la que tienen los árboles de las montañas, con esos frutos exóticos. El aire se enrarece y tu respiración no es tan buena, unos pasos más y ves que es una llave ese brillo que te atraía, la coges y se pega a ti como un imán ¿ que abrirá? Subes hacia las montañas con ella a buscar el tesoro y el aire ya es otra cosa, notas que la respiración vuelve a su estado normal y que bajar y subir te ha despertado, que las montañas te esperan y para el tesoro ya tienes llave, pero que valiente aprendiz de vida.

PUEDES

Puedes desentrañar los jeroglíficos que aparecen en tu andar cotidiano por la vida, observando con otros ojos que son tuyos, pero que miran de otro modo.

Las estrellas todos los días en el cielo están y unas veces las ves y otros días ni siquiera levantas tus ojos al cielo y sin embargo brillan aunque tú no las mires.

Tintinean en tu interior siempre por su luz, ahora si cierras los ojos las ves aunque no las mires, dando impulso a tus pasos un motor que tienes, que puede cuando confías y creces como un pequeño gigante, tocando el cielo, las estrellas y lo que tú ni siquiera hubieras imaginado.

Luna de Fuego

Cruzan el cielo ánades en bandada ante una luna de fuego donde se quema lo viejo, lo que no sirve, lo que estorba y la hoguera de humo negro se disipa en la noche.

Limpieza, pensamientos entre las estrellas, ahora que la luna le gana la partida al sol, chispas volando, fuego intenso en el corazón, en los ojos sortilegios, lluvia de estrellas que dibujan frases que te tocan como dientes de león levemente pero elevándote a ese lugar único, donde cuelgan las llaves que viniste a recoger para abrir el cielo y dejar caer las quimeras por las que late tú ser.

Otro ánade que vuela hacia la luna de fuego y mañana saludará al sol, tras cruzar la noche.